Por Jesús Cabrera
ORIGEN Y SUSTENTO DEL CARNAVAL DE NEGROS Y BLANCOS DE PASTO.
Esta celebración se origina hace miles de años y se basa principalmente en la cultura greco-latina y en las fiestas dionisiacas cuando Dioniso llegaba desde el mar a bordo de un “Carrusnavalis”, en el que viajaban sátiros y ninfas que venían de mundos imaginarios a bordo de un barco lleno música y desenfreno. Esta embarcación estaba decorada con múltiples adornos, colores y figuras llamativas. Estos “carros navales o “Carrusnavalis” evocan la palabra carnaval y las carrozas alegóricas de los carnavales modernos. En esencia entonces el carnaval de Pasto es una fiesta de origen milenaria, es popular, incluyente y libertaria y se nutre de aportes europeos, africanos e indígenas; sin lugar a dudas es una fiesta colonial y es la más antigua y vigente en Colombia; su origen se remonta al siglo XVI cuando llegan los europeos y se funda la Villa “viciosa de la Concepción o “Pasto”. La medula de esta festividad es un acuerdo multicultural, en el cual los pastusos a partir de la fiesta, la alegría y el juego derrotan la muerte, la desesperanza y la vida cotidiana; en ella se fusionan celebraciones cristianas y paganas, como el día de reyes (6 de Enero) y San Sebastián (20 de enero) y eso explica el ¿por qué? este carnaval es de epifanía y no de cuaresma como lo son la mayoría en el mundo. Es bueno precisar que en Pasto no se sale a ver un “carnaval”, sino a gozar con la fiesta, la alegría el juego; si bien los desfiles hacen parte de la celebración no son lo primordial de ella; ya que una cosa es asistir a un espectáculo y otra bien diferente es sumergirse por varios días en el desenfreno y disfrute. Participar en el carnaval de Pasto es entender que durante esos días no existe ninguna autoridad posible (ni divina, ni mundana), ya que lo único que prevalece es el juego, la risa y la fiesta; es el mundo de la inversión en donde no existen las normas cotidianas, las cuales son sustituidas por la imaginación y el mundo de los sentidos (Eros, Pan y Baco). En el carnaval de negros y blancos de Pasto no existen distinciones sociales, no hay ricos ni pobres, no hay discriminaciones raciales ni sexuales; ya que al vivir días de “inversión” los patrones culturales se desvanecen y todos son iguales, para poder disfrutar gozar y vivir en un mundo imaginario dónde todo es posible; es el mundo de la utopía y de la disipación de los valores y normas que rigen nuestra vida diaria; razón por la cual para entender la “vida cotidiana” hay que “vivir” el carnaval. En los días “carnavaleros” todo está permitido y como ya se expuso es un aporte fundamental de la cultura europea, que había heredado las tradiciones griegas y romanas, donde primaba el placer y le rendían culto a dioniso o “baco” (para los romanos) de allí se deriva la palabra bacanal. Esta necesaria catarsis social entonces es una festividad, en la que se fusionan los apartes europeos (la fiesta de los locos o del asno), con las festividades indígenas (con sus ritos de purificación y de cosechas) y la magia de la cultura afro y sus ansias de libertad. El carnaval entonces surge de la necesidad del hombre de buscar la libertad en contravía de las normas rígidas; ya que es un espacio temporal de tiempo, en el cual lo que prima es el desenfreno de los sentidos, donde se privilegia lo lúdico y festivo, que contraste con la vida “normal” que es seria y muchas veces triste. El carnaval entonces es el exceso de lo vital y lo mundano; contrario a las normas judeo-cristianas como la cuaresma que se caracteriza por el ayuno, comportamiento recatado y toca rezar para acercarse a la autoridad divina en la búsqueda de la “salvación”. Como conclusión podemos expresar que estos “dos mundos” se necesitan para existir, el uno es el mundo de la ilusión, la alegría y la utopía y el otro es el mundo “real”, lleno de penurias y sufrimientos; para que podamos aguantar las normas y la autoridad que hacen parte de nuestra vida cotidiana, hace falta el carnaval; ya que es la necesaria válvula de escape al control social. Por otra parte el carnaval es un espacio en donde todos juegan, ya que se permite sin restricción que el “otro” se divierta con “uno” y se le admite que ocupe nuestro espacio íntimo a través del juego (cosmético, talco, serpentina o espuma de carnaval), lo cual se convierte en la mejor “demostración” de convivencia y tolerancia. El carnaval de Pasto también tiene como uno de sus ejes centrales la noción de juego el cual se relaciona con las formas artísticas y animadas de los desfiles que hacen parte de un “gran” espectáculo teatral; no se trata que esta celebración extienda los códigos teatrales a la calle, sino más bien de que la vida misma es representada por los elementos característicos del juego a través de los temas representados en la senda del carnaval, que dicho sea de paso en ella se pasa por alto aspectos fundamentales del teatro, como es la distinción entre actores y espectadores. En conclusión el carnaval de negros y blancos de Pasto, tal como hoy se “vive y se goza” es fruto de la evolución de varios siglos (XVI – XXI) que se fueron formando a través de la “fiestas de la ciudad”, “fiestas reales”, festividad en honor a San Sebastián, día de negritos (finales del siglo XIX) y ya a partir de 1.920 con los carnavales estudiantiles que se impulsaron en todo Colombia, los cuales importaron “nuevamente” desde Europa las tradiciones del Carnaval de Niza y París, llenos de color, disfraces, reinados, máscaras, (arlequín y Colombina), bufones, carros alegóricos, talco perfumado, cosmético y serpentina y reyes imaginarios como “Pericles” y “Momo”. En ese siglo XX hasta nuestros días se recuperó y revitalizó el carnaval; ya que el mismo prácticamente había desaparecido, como consecuencia del “proceso” de emancipación de España y la llamada “campaña libertadora” y la formación de novel república de Colombia. Lo más importante es que a pesar de todas las penurias, guerras y desencuentros de Pasto con una nueva realidad; el carnaval como fiesta colonial sobrevivió y es la mejor muestra de la tradición festiva y alegre de esta “sufrida” sociedad sureña, que resiste a toda opresión a partir de la risa, la alegría y el juego; razón por la cual este pueblo siempre gritará: “que viva Pasto carajooooo”.
EVENTOS DE CARNAVAL
Si bien los pastusos empiezan a prender la fiesta de la Colombia Austral (del sur) desde la navidad, principalmente con la fiesta de los “Santos Inocentes” (28 de diciembre) y el 31 de diciembre con la el desfile de “años viejos”, días en los cuales se realizan eventos culturales llenos de arte (arco iris en el asfalto), ingenio, sátira y crítica social con los cuales despiden el año que termina y la esperanza por un nuevo ciclo de vida como lo es el carnaval, dentro del cual se destacan hoy los siguientes eventos:
2 de enero. Inicio del Carnaval con una ofrenda a la Virgen de la Merced. Muy temprano los habitantes de la ciudad y sus sectores rurales le ofrecen a la patrona de Pasto una misa con un concierto musical; de esa forma los habitantes de la ciudad-país le rinden culto y al tiempo, le piden su “bendición” para iniciar sus fiestas paganas. De esa forma se inicia una hibridación y sincretismo entre lo religioso y lo profano. Luego de la misa se inicia el primer desfile de Carnaval, denominado “Carnavalito” en el cual los protagonistas son los niños; desde hace más de 45 años realizan su propio desfile de carrozas en escala infantil, imaginadas y construidas por ellos mismos, en lo que para muchos es una iniciación en la actividad artística de elaborar carrozas y alegorías ambulantes de la fiesta sureña. Ya en las horas de la tarde se inicia los conciertos de música y rumba en los tablados previstos para tal efecto; en los últimos años se ha venido posicionando “Rockcarnaval” evento en el cual ese género musical tiene mucha acogida. Por supuesto por toda la ciudad y sus calles se despliega el juego y alegría de sus habitantes que disfrutan del inicio del “mundo al revés”.
3 de enero. “Canto a la Tierra”. Es un enorme desfile que se origina a finales del siglo XX y principios del XXI y es conformado por inmensos Colectivos coreográficos que vienen vistosamente ataviados y uniformados con diseños ancestrales andinos. Cada grupo cuenta cada uno, con varios centenares de músicos y danzantes que interpretan instrumentos prehispánicos y que recorren la ciudad por la senda del carnaval de forma inversa. Es un vistoso desfile que brinda un espectáculo sin igual y le da al Carnaval un sabor indígena privilegiando la influencia Andina, cuyo origen es el Tahuantinsuyo (o imperio Inca) y evoca otros carnavales andinos como el de “Oruro” en Bolivia. Este desfile culmina en el Estadio Libertad en donde los grupos musicales brindan un gran concierto y se premia a los colectivos más vistosos, organizados y con mayor concepto andino. Por supuesto a lo largo del día y la noche la alegría, la fiesta y el juego son parte vital de su desarrollo.
4 de enero. “La llegada de la Familia Castañeda”. En este evento aparece “Pericles Carnaval” y como única autoridad lee el bando de apertura, en el cual expresa que las únicas normas para estos días son: “la risa, la alegría y la rumba” y de igual forma le da la bienvenida a la “familia Castañeda”. La tradición popular no ha podido precisar de donde llegaba esa familia compuesta por varios personajes coloridos; unos afirman que llegaban desde una zona rural cercana al Putumayo (El Encano) y otros afirman que venían del Ecuador y que habían pasado por el Santuario de Las Lajas. En lo único que coinciden es que venían desde una zona rural, que salían desde una zona cercana al Batallón Boyacá en Pasto y que el primer desfile se realizó en 1929. En la investigación contenida en el libro: “La historia no contada del Carnaval de negros y blancos de Pasto” se expresa que esta “familia” se origina en el siglo XVIII en el Retiro (Antioquia) cuando una fantástica mujer llamada Javiera Londoño de Castañeda, libera en 1.767 a motu propio 145 esclavos negros de su propiedad; los cuales en agradecimiento a esa gran mujer y a su esposo Don Ignacio Castañeda, regresaban de la zona rural a la zona urbana para brindarle un homenaje todos los años. Recordemos que en esa época los esclavos negros no tenían apellido y cuando estos eran liberados, retomaban el apellido del amo que los había manumitido; en razón de los cual se formó de esa época colonial, el “Regreso de la Familia Castañeda.” Esta bellísima historia y tradición cultural antioqueña, llegó a Pasto en 1.928 con el coronel antiqueño Manuel Ernesto Ferrer, quién había sido nombrado como comandante del Batallón Boyacá y al año siguiente convence a oficiales y suboficiales de esta guarnición militar para que participen en el primer desfile de “La Familia Castañeda en 1.929, en el marco del Carnaval de Negros y Blancos de Pasto, saliendo desde el sector del “Ejido” hoy parque “Bolívar” de la ciudad. En resumen podemos decir que si bien esta estampa cultural no es originaria de la ciudad; lo grande es que esta “familia Castañeda” se conoce en Colombia no por el Retiro (A), sino por la importancia del Carnaval de Pasto y es a no dudarlo la entrada en el Carnaval de la cultura afroamericana. En todo caso, los personajes de esta “familia”, son representados o recreados en la parada de este día como una familia caricaturizada que viaja con todo su equipaje y menaje. En este desfile igualmente no pueden faltar grupos de las zonas rurales de Pasto y la presencia de ñapangas, tanto auténticas como las disfrazadas, cuya estampa está ligada al carnaval en general y la alegría de mujeres reales o “ficticias”.
5 de enero. Este día está dedicado a los Negros, se conmemora el día en que los esclavos de origen africano, se les otorga un espacio de “asueto” o libertad (finales del siglo XIX), para que pudieran expresar libremente sus expresiones culturales y desahogos lúdicos. Razón por la cual todos se pintan de negro y la gente juega y baila en las calles, en los lugares públicos y se sienten plenos de pintarse de negro, como símbolo de “hermandad y confraternidad; ya que como ya expresamos en el carnaval no hay distinciones sociales ni raciales. Para pintarse se usan cremas cosméticas elaboradas con ese fin, aunque también se recurre a betunes y otras pinturas siliconadas de color negro. Es bueno mencionar que pintarse a través de una “pintica”, es un acto que nuevamente combina lo profano con lo cristiano; ya que el cosmético “Melchor” evoca la “Mirra” que le fue regalada al niño Jesús por el rey africano y como este era un perfume africano tan penetrante, se aplicaba con una “pintica”, como las que ahora se aplican en esta fabulosa celebración. Con lo anterior se comprueba que nuestra “loca” fiesta también tiene un profundo sentido cultural. La importancia de este día radica en que todo el pueblo pastuso y los que nos visitan, desahogan sus deseos reprimidos y el cosmético sirve, como máscara para conjurar miedos y temores y al mismo tiempo sirve para igualar a todas las clases sociales y grupos étnicos, como una sola gran parranda que baila a los pies del mítico volcán de la Galera. Durante toda el día se da prioridad a la música del Pacifico y se presentan varias orquestas (tradición adoptada desde la década de 1960) en los tablados de la ciudad y se continua con la frenética alegría y el jolgorio que es engalanada con las músicas negras que a partir su júbilo exorcizan el dolor y la desesperanza. En la noche la actividad lúdica no para y algunos aprovechan para visitar a los diversos talleres de los artistas del Carnava con el fin de entender y descubrir los temas y motivos que engalanarán el desfile de Carrozas del Día de Blancos.
6 de enero. O Día de blancos o “Desfile Magno”. En contraste con el día anterior, en esta fecha los pastusos se pintan de blanco generalmente con talco perfumado, usando para ello cremas o pinturas cosméticas. El evento o atracción principal, además de las verbenas populares en los tablados, es el gran desfile, de casi 7 km de largo, el que se ubica en la “Senda del Carnaval” que atraviesa la ciudad de sur a norte, pasando por el centro de la ciudad, la Plaza del Carnaval y parte de las avenidas de la periferia. La gran mayoría de los ciudadanos, más otros tantos miles de turistas y visitantes se vuelcan a las calles para presenciar este fastuoso desfile, aplaudiendo y arrojando confeti o serpentinas a los participantes, todos van danzando al ritmo de canciones tradicionales y típicas. En este día se presentan disfraces a pie, no motorizados, motorizados, comparsas y murgas que engalanan con su música y que ponen a bailar a propios y visitantes. Pero la cereza del postre son las enormes carrozas, que cierran el desfile las cuales compiten en fastuosidad, arte y belleza. En este día, los artistas del carnaval muestran todo su ingenio y creatividad en sus motivos llenos de color, simbolismo y derroche de afecto; con lo cual quieren demostrar su alegría y regocijo por la presencia pastusos y visitantes, quienes les manifiestan su cariño con sus aplausos y se funden en un compartir de serpentinas y talco; de esa forma toda la ciudad se llena de arte, fiesta y alegría que representa la parte estética o apolínea de esta magnífica fiesta y es el mejor colofón de nuestro patrimonio inmaterial de la humanidad.
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